Y aquí los nuevos propósitos y nuevas aficiones.
La caligrafía con plumilla.
La profesora nos dio una pequeña clase magistral con la plumilla, que parece que nos gustó, y nos hizo que nos picara el gusanillo de esta nueva herramienta.
La teoría coincide sobre la tipografía Copperplate de la caligrafía con rotulador, pero cambiábamos la técnica al pasar a la pluma.
Un par de plumillas número 22 de expansión, y un palillero oblicuo, y a practicar.
Como siempre, comenzamos con los trazos básicos, para ir pasando a las letras, y luego a las palabras.
Y estos eran los primeros resultados.
Nos fuimos a casa con muchas dudas, muchas ganas, materiales para comprar y muuucho que practicar.
El gusanillo tardó dos días en llegar a casa, con esta plumilla (número 404) y este palillero recto (a ver qué tal se me da), antes de que nuevos materiales lleguen (palillero oblicuo, como con el que habáimos practicado).
Y esa es la práctica realizada en casa.
Parece que vamos poco a poco, con mucho que mejorar. Pero como la profesora nos dice siempre "La caligrafía es un 10% teoría, y un 90% práctica".
Así que solo queda..... Practicar, y esperar los nuevos cursos de caligrafía con plumilla.
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